El hecho de que un perro haya estado sumergido bajo el agua durante un tiempo prolongado y después sobreviva se conoce como fenómeno de semiahogamiento. Durante el ahogamiento se produce una aspiración de agua a los pulmones que normalmente conduce a atelectasia, edema pulmonar y neumonía. También puede producir daños cerebrales por falta de oxígeno. El daño en cada caso dependerá del tiempo de inmersión, de la temperatura del agua y del tipo de agua en la que el perro se ahoga (dulce, salada, tratada con químicos, etc.).